lunes, 13 de diciembre de 2010

Esopo y el borrico

 Al buen Esopo díjole un borrico:
"Por quien soy te suplico,
si en algún cuentecillo me introduces,
que pongas, como debes, en mi labio, 
cordura, discreción, lenguaje sabio".
Esopo respondió:
"Yo bien podría fingirte bestia de talento y luces;
pero al ver el solemne desatino,
todo el mundo a uno voz nos llamaría,
el filósofo a tí, y a mí, el pollino".

Es alabar a un necio
locura digna de común desprecio. 



                                                  

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